Hay esperanza
Sucede a veces, que
cuando nos toca pasar por situaciones bien difíciles en nuestras vidas, algunos
de nuestros seres más queridos optan por darnos la espalda y justo cuando mas
los necesitábamos. ¿Que hacer ante esto? A veces no es fácil seguir teniendo esperanza,
lo cual podría hacernos caer en una triste actitud de resignación.
Conozco una
historia acerca de un campesino, que tenía algunos caballos que lo ayudaban en
los trabajos de su pequeña hacienda. Un día, su capataz le trajo la noticia que
uno de los caballos había caído en un profundo pozo abandonado.
Instantáneamente comprendió con algo de tristeza, que sería extremadamente
difícil y costoso sacar al caballo de allí.
El campesino fue
rápidamente hasta el lugar del accidente, y evaluó la situación, asegurándose
que el animal no se había lastimado mucho. Pero, por la dificultad y el alto
precio para sacarlo del fondo del pozo, creyó que no valía la pena invertir en
la operación de rescate. Tomó entonces la difícil decisión de decirle al
capataz que sacrificase el animal tirando tierra en el pozo hasta enterrarlo,
allí mismo.
Y así se hizo.
Comenzaron a lanzar tierra dentro del pozo, tratando de cubrir al caballo.
Pero, para sorpresa de todos, a medida que la tierra caía en el animal, éste se
la sacudía, lo cual permitía que el caballo fuera subiendo. Los hombres se
dieron cuenta que el caballo no se dejaba enterrar, sino que por el contrario,
estaba subiendo hasta que finalmente consiguió salir.
Que ninguna palabra
ociosa destruya tu vida, tus sueños, anhelos y sobre todo tu fe en Dios. El
enemigo está atento a cualquier caída para echarte toda la tierra posible, “El
propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una
vida plena y abundante.” Juan 10:10.
Mira tan solo arriba
y verás que hay una luz que te mostrará el camino y lo que ahora parece
hundirte, terminará haciéndote más fuerte.
“Que todo mi ser
espere en silencio delante de Dios, porque en Él está mi esperanza.” Salmos
62:5
Si estás "allá
abajo", sintiéndote poco valorado a punto de resignarte y otros lanzan
tierra sobre ti, recuerda el caballo de esta historia. La tierra que se suponía
que iba a enterrarte, terminará siendo tu escalera para salir del pozo.
Quítate la tierra
de encima y sube. Dios está contigo.
Telma Céspedes