Se dice: «Uno es libre de hacer lo que quiera.» Es cierto, pero no todo conviene. Sí, uno es libre de hacer lo que quiera, pero no todo edifica la comunidad.
martes, 18 de enero de 2011
Un Nuevo Año
Columna en Opanoticias el dia Jueves 13 de Enero del 2010
http://www.opanoticias.com/columnistas/un-nuevo-anio_8081
Siempre iniciamos un nuevo año con grandes expectativas y sueños, una vida perfecta, sin problemas, pero la realidad no es así. Debemos entender que en la dificultad es donde Dios nos levanta, ahí es cuando comenzamos a creer en él y a confesar esas promesas que él nos ha dado.
Pero debemos entender que Dios nos ama y que siempre él está con nosotros aunque muchas veces nosotros no lo honramos, en la obediencia, a veces renegamos de nuestros fracasos y le echamos la culpa a Dios, pero debemos entender que cuando nos va mal es por nuestros errores y ahí es cuando Dios nos quiere formar.
Es por eso que debemos cuidar y poner por obra todo lo que Dios nos ha dicho en su palabra, debemos creer en el aunque vengan voces a nuestra mente y nos diga que no lo podremos hacer, pero ahí se medirá nuestra fe. Debemos entender que Dios quiere que seas personas exitosas, personas prosperas, pero solo depende de ti de que si le crees a el o no.
En el universo no existe nadie más confiable que Dios. Desde el principio, Dios ha hecho sus obras a través de sus palabras, y ha declarado que su palabra es eterna y no puede fallar. Por su palabra, Dios creó el universo, el mundo y todo lo que en él hay. La Biblia declara que la Palabra de Dios es lo que sustenta todo lo que existe (Hebreos 1:3).
A lo largo de la historia, Dios ha hecho promesas al hombre con el propósito de ayudarle en su vida. Las promesas siempre se componen de dos partes: una condición y un resultado, el que depende del cumplimiento de la condición.
Es importante que sepamos que cuando Dios habla, sus palabras llevan en sí poder. El declara, “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir... así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié” (Isaías 55:10-11). Entonces, podemos concluir que la Palabra de Dios representa su poder, su forma de cumplir con sus propósitos en la tierra.
María hizo la confesión indicada al escuchar una revelación tan importante. “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra” (Lucas 1:38). Las personas debemos tener la misma actitud. En lugar de dudar que Dios esté dispuesto o capaz de cumplir con sus promesas, debemos afirmar la obra de la Palabra en nuestras vidas. Su Palabra hará lo que El quiere (Isaías 55:11) si nos ponemos de acuerdo con ella.
Nunca te creas destruido. Puedes estar con la batería baja pero nunca en off. Confía porque Dios te levantará, está contigo y nunca de abandonará. La victoria final será para quienes luchan, convencidos de Su amor infinito.
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