lunes, 6 de junio de 2011

Sueñas en grande y serás un conquistador


Soñar no cuesta nada, lo podemos hacer en cualquier momento, no hay tarifas de ningún tipo y lo podemos hacer de manera ilimitada, en donde sea y cuando sea. Soñar no es delito ni mucho menos pecado. Pero hay muchas personas que creen que el soñar es una pérdida de tiempo como si soñar fuera algo malo. Al contrario, en lo personal creo soñar te ayuda a determinar el rumbo de tu vida. En tus sueños puedes visualizar anhelos y metas; y con el poder de la mente es posible dar un vistazo a como sería si esos anhelos fueran realidad.

Hay alguien que conoce nuestros anhelos, alguien que cuando aún las palabras no están en nuestra boca él ya las conoce, alguien que me ha examinado y conocido de antes de nacer, y que sabe perfectamente lo que hay en mi corazón. Alguien que se preocupa por esos sueños y que es capaz de hacer realidad el sueño más simple y hasta el sueño más complicado. Alguien que no se reirá jamás del sueño más grande que puedas tener, es más no se reirá simplemente porque cualquier sueño grande a tu parecer sonará tan mínimo e insignificante para Él, porque en el vocabulario de Dios no existe la palabra “límites”.

En Dios puede cumplirse cualquier anhelo, no pienses porque es algún genio de una lámpara y te cumplirá tres deseos. Te estoy hablando del Creador del cielo y de la tierra que puede llegar a cumplir hasta más de tres deseos. Él tan solo nos pide una cosa, someter toda nuestra voluntad, nuestra vida, lo cual implica someter esos anhelos y sueños a Él. Entregarle todo de nosotros, con tal de desarrollar una amistad profunda con Él. Es tratar de conocer que quiere de nosotros a través de su palabra. Al hacerlo descubrirás a un Dios de amor que dio su propia vida con tal de que tú no tuvieras una muerte eterna y alcanzaras vida por siempre. Si el gran rey David pudo ver en su vida todos sus sueños cumplidos fue tan solo por el hecho de que el amó a Dios, con cada parte de su ser cada día que él vivió sobre la tierra. David pudo confiarle sus sueños y anhelos a Dios, los sueños no guiaban su manera de vivir y conducirse, si hubiera sido así tal vez hubiera hecho cosas desagradables con tal de alcanzarlos, más bien su amor por Dios guiaba su manera de vivir y su manera de conducirse; por lo que Dios que honra a los que le honran (1 Sam. 2:30), pudo cumplir sus anhelos.

En Dios tus sueños pueden hacerse realidad, aún y no tengas nada de dinero, no tengas grandes ideas de cómo lograr tus sueños o aún te consideres una persona poco creativa. David no tenía ni dinero, ni grandes ideas, pero amó a Dios. Una advertencia, no dejes que tus sueños se conviertan en una obsesión y te lleven a quitar tu mirada de Dios, más bien te invito que pongas tu mirada en Dios, que si algo ha de “obsesionarte” sea conocerlo más. Y como le habrás entregado tus sueños, déjate sorprender por él. Y verás como en Él cada sueño y anhelo puede hacerse realidad.

“Deléitate así mismo en el Señor y el te concederá las peticiones de tu corazón, encomienda al Señor tu camino y confía en Él y Él hará”

“Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todo lo demás vendrá por añadidura”

Finalmente, ¡Todo es Todo!

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