Son inclinaciones o tendencias internas impulsoras, motivadoras y modeladoras de la conducta. Modos profundos que un individuo tiene de enfrentarse a sí mismo y a la realidad que le rodea. Formas de valorar, comportarse y situarse frente a las demandas del grupo y de la sociedad.
De ahí, de la función de las actitudes como modeladoras de la conducta del joven, es de lo que se deriva la gran importancia de una buena formación en las mismas.
Pero no es ésta, conformar la conducta en determinada situaciones, su única función. Las actitudes tienen, también, otras funciones que es interesante comprender, así entenderemos que de ellas se pueden derivar grandes beneficios; pero, también, amplios perjuicios:
a) Funciones de satisfacción de las propias necesidades. Incluimos en este apartado no sólo la satisfacción de necesidades como la alimentación o la higiene, sino, también y, no menos importantes, la satisfacción de su necesidad de sentirse útil y aceptado por los demás, la satisfacción de un entorno social cálido, etc.Ejemplo: Las actitudes ante el trabajo, ante los compañeros e, incluso, ante las imposiciones de la moda, nos permiten sentirnos miembros de un grupo, parte integrante de él y con derecho a disfrutar de sus beneficios; las actitudes y formas de comer, vestir, actuar nos identifican como miembros de una cultura; las actitudes y formas en el hablar nos hacen parecer más o menos adaptados a nuestro entorno; las actitudes ante el trato social nos hacer parecer más educado, más simpático, etc.
b) Funciones de defensa de la propia identidad y estima personal. Permitiéndonos así alentar la propia imagen, al servir que la actitud nos fundamenta y justifica de forma razonada nuestra conducta. “Yo me comporto así porque éste es el tipo de conducta que mis valores y sentimientos me imponen, podrían decir algunos jóvenes al ver cuestionada su conducta o, aun de forma menos aceptable, nos podrían decir: en estos tiempos la juventud somos así, tú estás quedándote un anticuado, como si para ser un “buen” joven hubiera que tener una actitud determinada ante la música, la moda, la ropa, el trabajo, la vida”.
Ejemplo: Podremos oír a nuestro hijo o hija utilizar palabras, gestos, conductas que considera propias de jóvenes, y que le diferencian de las conductas de los "carrozas". Un joven tiene una actitud prefijada ante la autoridad, así que cuando se encuentra con alguien que pretende ejercer la autoridad con él, sin conocerlo profundamente tenderá a comportarse de una forma determinada; es decir, será obediente y formal o rebelde o díscolo...
c) Funciones de interpretación y clarificación de los innumerables conflictos sociales y personales que se viven. Las actitudes permiten interpretar, comprender y responder a las demandas del entorno con un mínimo de criterios de actuación.
Ejemplo: El joven que ha adquirido unas actitudes ante los compañeros de estudio, cuando empiece a trabajar intentará comprender las relaciones con sus nuevos compañeros de trabajo a través del prisma de sus relaciones anteriores. Ante hechos sociales o políticos que conozca intentará interpretarlos desde el prisma de sus valores, conceptos personales y, claro está, actitudes.
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